10 ago 2010

Sentimiento.

No sé cuando ni dónde,
pero lo dejé olvidado.

No sé cómo ni en que hora,
pero se ha terminado.

Ahora, volver a las fuentes viejas,
a las nubes cansadas,
momento es para tener la puerta abierta
y dejar que entren los fantasmas.

Regresar a las noches
de estrellas sin nombres
y lunas sin sueños,
a mañanas sin soles hambrientos.

Tendré que tomar mi equipaje
y descubrir nuevos lugares,
dejar de inventarte en los cartones de Quintero,
en los versos de Gabriela.

Tal vez es tiempo de dejar que el tiempo
siga siendo arena resbalando
por las paredes del reloj de cristal.

Yo sé que lo he perdido,
que no hay quien pueda encontrarlo.

Entiendo las mariposas negras
que rondan mi cuarto,
las moscas muertas que salen
de las recientes crisálidas.

Conozco al panda que se ha quedado ciego,
a la soledad, compañera de ratos amargos.

Conozco un millón de sueños
y la sensación del despertar.

Pero desconozco totalmente
la manera de arrancarte de mis venas,
el método para que te olviden
estas, mis amadas letras.

Desconozco el procedimiento
de una vida sin tus locuras,
sin tus berrinches,
sin tus labios,
sin tus penas,
sin la caricia de tus manos.

No puedo mentirme,
aún vive en mi pecho
la esperanza de volver al pasado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese rolas no mames que bien te quedo y el final fue como que el perfecto desenlaze

Almita dijo...

Que bien escribís, me gusta mucho tu blog!

Adelante!!!

Saludos!!