21 oct 2010

De la poesía al absurdo.


Fue la tinta cordial alma que pidió ser sacrificada
y aquel frío papel, el verdugo que no pudo resistir
enamorarse de la cándida figura de los símbolos
que segregaron el más tímido sobresalto enajenado.

Fue la tarde musa inspiradora y la muerte lejano murmullo
silenciado por pétalos de rosas que perfumaron mis labios,
y entonces el tiempo dejó de ser lo que antes fue
para añejarse, el reloj se convirtió en copa embriagante
y los números en pequeños tic tacs desapareciendo.

Entonces se estremeció lo más firme que hay dentro,
entonces se derrumbó el templo y sobre él
se erigió una gran ciudad, un tumulto de palacios
que sólo fueron habitados por burgueses Sueños
y damas llamadas Esperanza, todas, vestidas de negro.

Que necio cegador es el cielo cuando el sol está en plenitud.
Que terca es la dama argentina cuando la sombra te abandona.

Efímeras palabras que sin ton ni son, sin métrica ni rima,
se desbordan del lago de mi pasión porque no llueve
sólo es que en si mismas se inundan, se decepcionan, se arrepienten;
y en ellas mimas los peces lloran, se cansan y ahogados mueren.

Dulce ironía de estupor cotidiano que con el tren se aleja,
no me digas que el olvido se olvido en la maleta o en el cajón cerrado.
Dulce inspiración que desdeñosa esta noche mi corazón aqueja
fuiste algún día poesía que se evaporó en lo absurdo del desengaño.

19 oct 2010

Transgresión: Exilio

Transgresión: Exilio: "El olvido está lleno de memoria.Mario Benedetti. Por: Ana Lilia Rodríguez y Miguel Angel Maciel. El día de ayer murió el historiador austr..."

5 oct 2010

Amelié.

No importa a dónde vayas,
por donde camines despistada,
siempre buscando lo que nadie encuentra
en donde parece no hay nada.

Pequeña curiosa de la mirada perdida,
entre danzantes unicornios pasas tu vida,
huyendo de una realidad
para entrar a otra,
siempre la misma y tan diferente,
con el corazón palpitante
y la cara tan fría.

Sonrisa que redime cualquier pena,
hace tanto tiempo que quisiera volver a verla.
Mirada que choca con el piso de pena,
quisiera volver a sentirla.

Aunque estés lejos habré de buscarte,
con los ojos cerrados en el microcosmos de mi recuerdo,
como siempre deslumbrante,
como siempre tan pequeña,
tan feliz,
tan indiscreta.

Diciendo una y otra vez
que me amas y ella no,
escondiendo en tus miradas asesinas
un vuelve a mi lado,
mientras pides que no vuelva.

Escribiendo a escondidas
mil poemas en los barros de la luna,
verbigracia:
"nuestro amor es un niño muerto".
Donde, como ya te dije,
nadie habrá de encontrar nunca tus letrillas,
inestables,
mayúsculas y minúsculas....

Y cierro los ojos de nuevo,
más fuerte,
para volver a encontrarte.

Lo siento, pequeña de pies juguetones,
dulce colmena de mis más plenos pesares,
yo quiero que sepas que sigues presente,
aunque estés lejos,
aunque tu silencio sea insoportable,
yo sé que tú sabes,
en que estrella he dejado el pergamino
que reza tu nombre.

Lo siento,
fueron las circunstancias,
el destino,
desatino,
la locura,
terquedad
ansiedad.
Mi fúnebre insolencia,
Amélie,
amada....

Te escribo,
aunque no me leas,
porque quiero que seas curiosa
y busques donde nadie lo hará
y encuentres, en esos confines,
mis letras,
para que leas en ellas,
el te extraño que no cantan.

3 oct 2010

Éter.

Quedo petrificado al verte
murmullo de la tarde,
leve concepción de la muerte
que mi corazón atrae.

Dime nomás sin decir nada
qué debo hacer para verme
recostado en tu clara orografía,
palpitando en tu pecho cada vez más fuerte.

Sí, lo sé, yo no soy santo de altar fijo,
nunca dejaré de ser concupiscente;
pero te juro, virgen de tus encantos,
que si me amas me vuelvo fiel creyente.

Al menos muéstreme un vez
esa sonrisa tropical que hay en tu rostro
y sé sincera, si nada quieres dime,
si algo sientes calla, calla y sonríe.

Ven a mí, se estrella fugaz en una
de mis noches sin luna ni sombra,
no importa que sólo logres con tu luz
la ceguera de mi soma, sólo se la estrella

y cuando tu polvo esté en la tierra
tomaré un puño de argentino fertilizante
para que en mi corazón germine
una rosa negra, que saldrá por mi boca
recitando para vos, mi enigma,
esta etérea poesía.

Fue ayer.

¿Cómo para cuándo desapareces
si has dicho que muerta estás?
ya no quiero escribir en mi muerte
ni esconderme tras mi antifaz.

Porque con letras en alcohol
bauticé tu partida,
ahora te alumbra el farol
de mi eterna desdicha.

Fuiste una un día
después te convertiste en la otra,
lo que digo no es mentira,
Nycher vivió, de tu adiós, la demora.

Y hoy, bajo el influjo de la tristeza
es mi alma la que suspira,
un presagio de pereza
que tiene, porque no vienes, la alegría.