y la dulce hada no puede aguantarse,
dada la circunstancia llora por la noche
y duerme por la tarde.
Pero esta amargura no sólo es suya
a pesar de creer ella que me es ajena,
sufro también la herida eterna
que se hace más grande en estas noches frías.
Y la locura se hace poca con la depresión;
vuelve a aquejarme penas viejas
y falsas condenadas dictadas a mi corazón,
que no te deja,
ni se aleja,
ni se queja a pesar de la sublemación.
Que me desprecias y no interesa
lo que alguna vez interesó.
Y es que dejas que me muera
Sin ninguna, comprensible, razón.
Aquí aparecen tres puntos suspensivos
que te dicen que mi inspiración se terminó;
ahora que me dejas, ahora que te alejas
te llevas contigo esta despedida
que nada dice
porque más no vale mi alma de trovador...
26-dic-2010
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