Frío seré desde ahora,
Porque duelen las caricias
Y hacen los besos trizas
Mis absurdas horas.
Dolorosos zarpazos mi vida y la tuya
Eclipse de las nocturnas ilusiones,
Amanecer rojo de las tentaciones
Nuestro amor la anciana arrulla.
Viles almas empeñadas,
Por un juego que nada vale
Me amas, te amo, equivale
A lágrimas liberadas.
¿Para qué tanto alarde?
Si habrás de marcharte pronto
Y de tanto pedirte estoy ronco
Moriré cuando muera la tarde.
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