5 dic 2008

Carta 12...

Me duele algo, y duele tanto que no se siquiera qué es, quisiera imaginar que es el pecho, pero no sé, duele desde hace tanto que al parecer ya me acostumbré...

Ayer tuve un momento de soledad, de esos que me encantan y después de haberte olvidado por una semana, olvide que te había olvidado, si, ayer te recordé... Fue tan hermoso soñar contigo mientras por la ventana podía ver como corría la lluvia de julio, como lloraba el cielo gris conmigo porque te extraña también... Y de repente, mis ojos comenzaron a iluminarse con el recuerdo de tu imagen, y deje a mi pequeño niño travieso correr, deje que fuera libre y realmente después de tantos días de llanto por las noches y sonrisas falsa por el día me hizo verte, me hizo sentir bien...

El dolor comenzó a evaporarse como suspiros eternos, el dolor al disiparse me dijo tiernamente que me quieres y yo me ilusioné... Demonios, por más que no quiero hacerlo vida mía te extraño y según yo te había dejado hace mucho tiempo en una vieja cruda que tuve hace más de un mes, pero creo que en la última borrachera, unos amigos, unas canciones, nicotina, y te recordé... ¿Será cierto lo que susurra el viento de lugares que visité? ¿Será cierto qué me quieres, pero que no me doy cuenta por qué tengo ideas de café y no de miel?...

De repente entre tantos bellos recuerdos desperté, y en la inmensidad de la carretera me olvidé de que tú me has olvidado y que aunque yo vuelva a verte tu a mi no me veras también, seré como un fantasma que no existe o una sombra en la obscuridad... Y no sabes amor mío que la tristeza renació como el Fénix en ese momento, cuando recordé que se me olvido que ya te había olvidado hace más de un mes, aunque realmente nunca lo hice, solo quiero hacer de cuenta que no existes para ser feliz otra vez, pero niña, eso ya no se puede así que será mejor que ahora que te escribo haga de cuenta que se me olvida que te recordé...

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